Header image  

Sergio Sarmiento



 
 
   
 
 
JAQUE MATE
Tela para cortar
Sergio Sarmiento
20 Ago. 09

"Resuélvete a no ser pobre: no importa lo que tengas, gasta menos".

James Boswell
 
 
El problema no es que el diputado panista Gerardo Priego haya recibido 827 mil pesos de la Cámara de Diputados por concepto de boletos de avión en que no pagó tarifa completa a lo largo de sus tres años de función. O que en la LX Legislatura los diputados hayan gastado 28 millones de pesos en celulares. El tema de fondo es que tenemos un gasto irresponsablemente alto no sólo en el Poder Legislativo sino en todo el Estado mexicano.

En este 2009 el Poder Legislativo está ejerciendo un gasto de 9,405 millones de pesos. La cifra es enorme. Representa 14.9 millones de pesos por cada uno de los 500 diputados y 128 senadores. Los contribuyentes no sólo les pagamos a los legisladores sueldos muy generosos (que llaman dietas pero que poco tienen de dietético) sino que les cubrimos comidas, celulares, oficinas y boletos de avión. Estos últimos no se pagan a precios normales, sino a tarifas infladas. El propio diputado Priego explica que el sobrante que se acumuló en sus tres años de gestión se debe a que los cupones que se le daban para viajar a Tabasco los fines de semana eran por tarifas completas de 11 mil pesos en tanto que las tarifas que obtenía eran de 5 mil.

El Senado, mientras tanto, se está construyendo un edificio nuevo sobre el Paseo de la Reforma, la avenida más cara del país, el cual tendrá un costo de cuando menos 1,600 millones de pesos, a pesar de que la Constitución dice que debe compartir sede con la Cámara de Diputados, que tiene espacio de sobra en su Palacio Legislativo. Por otra parte, los ciudadanos mantenemos no sólo al Congreso federal sino también a 32 asambleas estatales y miles de cabildos a lo largo y ancho de la República.

El dispendio no se limita al Poder Legislativo. Cada vez que escarbamos un poco en la operación del gobierno encontramos gastos enormes. Lo peor de todo es que estos gastos muchas veces no sirven para resolver los problemas que supuestamente deberían dejar atrás. Si el dinero que se ha gastado en Chiapas desde 1994 para erradicar la pobreza se hubiera entregado a los chiapanecos pobres sin más burocracia, Chiapas sería hoy seguramente la entidad más próspera del país.

El gobierno de la República está gastando 2.8 billones de pesos nada más en este 2009. Esto es más de 26 mil pesos por cada hombre, mujer y niño del país. Si en vez de gastar este dinero el gobierno lo repartiera, a cada familia promedio de cinco miembros en México le tocarían 130 mil pesos. Ya no tendríamos pobreza.

Otros países del mundo tienen niveles de gasto público superiores al de México, pero sus gobiernos otorgan servicios razonables a los contribuyentes. En México los servicios que obtenemos del gobierno a cambio de esos 2.8 billones de pesos son escasos.

Hoy el gobierno nos amenaza con subir los impuestos para compensar la caída de los precios del petróleo. Queda una vez más de manifiesto que lo que se hizo en el 2007 no fue una reforma hacendaria integral. Seguimos teniendo una administración pública que depende en buena medida del saqueo de un recurso natural no renovable que es el petróleo.

Pero habría que responderle al gobierno que, si bien una reforma fiscal que haga que quienes evaden impuestos paguen es indispensable, no se puede ya seguir elevando la factura a los contribuyentes cautivos. Lo que debe hacer el Estado mexicano es hacer un análisis de fondo de sus gastos y reducirlos a un nivel más aceptable. Hay bastante tela de donde cortar.

 
SUBSIDIO A INEFICIENCIA
 
 
Nadie puede objetar que tengamos precios realistas en los servicios y bienes del sector público. Pero estos precios realistas se convierten en simples subsidios a la ineficiencia cuando los cobran monopolios como Pemex y Luz y Fuerza. Yo estoy de acuerdo en que eliminemos los subsidios a la gasolina y la electricidad, siempre y cuando abramos los mercados a una competencia real.

 
www.sergiosarmiento.com