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Denise Maerker
Atando cabos
31 de agosto de 2009
Nacida en la ciudad de México en el año de 1965. Realizó sus estudios profesionales en Ciencias Económicas y Sociales en la Universidad Católica de Lovaina, Bélgica, la Maestría en Ciencias Políticas, y el Doctorado de Estudios Profesionales del Sistema Político Comparado en la Sorbona de París.
Profesora e Investigadora en el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) de 1995 al año 2000 y como Directora de Comunicación y Desarrollo del mismo Centro de 1996 a 1998.
Ha sido conductora en diferentes programas como: Entreversiones, CNI Noticias, Séptimo Día y En el Límite, todos dentro de CNI Canal 40. Trabajó durante 10 programas en la Serie Mujeres y Poder que transmitió Canal 11. En radio, conduce el noticiero Atando Cabos en Radio Fórmula.
Desde septiembre de 2005 conduce el programa de análisis e investigación periodística, Punto de partida.
Hay una salida digna para la Presidencia luego de la derrota simbólica que le asestó el PRI al obligarlo a cancelar la ceremonia a la que convocó el 1 de septiembre en la mañana: Felipe Calderón debería presentarse en el Congreso a entregar el tercer Informe de Gobierno. Sería reparador no sólo para Calderón sino para una institución ridiculizada por tanta improvisación. Y es que fue por pura estupidez, aquí no hay malicia posible, que los mal llamados operadores del Presidente lo dejaron expuesto al convocar al (textual en la invitación) tercer Informe de Gobierno en Palacio Nacional a las 9:00 de la mañana del 1 de septiembre. Los priístas simplemente aprovecharon el banquete que les servían, y de entrada, sin mediar ni un día de la nueva Legislatura, demostraron dónde está la experiencia, el cuidado de los detalles, el poder. Y conste que no es un halago.
El error del equipo del Presidente es de una torpeza pasmosa: la hora es inadecuada antes de que el Congreso se instale formalmente, la convocatoria no estaba garantizada no se planchó previamente la asistencia de las bancadas, la redacción es provocadora no se puede invitar al tercer Informe, a lo mucho a un mensaje con motivo de…, y el envío insultante vía internet.
Este es el tercer año en que el Presidente y su equipo no encuentran la forma de renovar el viejo rito del 1 de septiembre. Arrastran el pasado como un pesado bulto en vez de inaugurar nuevas formas. Las salidas han sido todas fallidas. El primer año, luego de una rápida entrega (12 minutos estuvo en la Cámara), el Presidente convocó en Palacio a una ceremonia de lectura del informe para los medios y en presencia únicamente de empleados suyos. Fue un remedo del rito priísta, un intento fallido de restauración de la grandeza presidencial, y se notó. El segundo año, mandó a Juan Camilo Mouriño a entregarlo, y ya. Y ahora, de entrada, la regaron.
Una ceremonia renovada que refleje los nuevos equilibrios democráticos y en la que una vez al año se reúnan todos los poderes de la República, sería saludable.
A la hora que escribo estas líneas, en Presidencia no han decidido qué hacer: si confirman la lectura en Palacio el día 2, si (penosamente) se abstienen de hacer algo, o si con un poco de audacia el Presidente sorprende encarando a los diputados. La verdad, esto último es poco probable, de buena fuente sé que lo llegaron a considerar pero les preocupa la presencia entre los diputados del petista Gerardo Fernández Noroña.
Increíble, pero en eso estamos.
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CALDERÓN, INFORMAR DESASTRE NACIONAL PANISTA
Por Rodolfo Sánchez Mena (LD 31-08-09)
E-mail: [email protected]
Felipe Calderón tiene la obligación constitucional de informar a los mexicanos del desastre nacional al que han conducido el gobierno de derecha del PAN en 9 años, seis de Fox y tres de Calderón. A tres años del mandato del michoacano, la situación se ha tornado sumamente grave, ante la derrota inminente de las elecciones presidenciales 2012, han decidido entregarle al PRI un México en ruinas.
Calderón, en vez de presentar el Informe sobre el estado que guarda la Nación, pretendía dar un discurso ante mil invitados para auto alabarse sobre supuestos resultados de la guerra que ha declarado contra el crimen organizado y el narcotráfico. Ante la maniobra palaciega de Calderón, los diputados priístas le colocaron el 1º de septiembre un gran un tapabocas. Los priístas le echaron abajo el teatrito que Calderón les quería montar en Palacio Nacional, para lucir un poder que ha perdido.
El desastre nacional, es producto de los gobiernos panistas de derecha. Por eso el gobierno de derecha de Calderón ha sido repudiado en las elecciones intermedias, por la mayoría de los mexicanos, que optaron por darle al PRI y a su aliado el PVEM la mayoría absoluta, en la Cámara de Diputados.
Es falso, una mentira piadosa, que desde el Senado, los panistas podrán vetar a los Diputados, que tienen la facultad, única, constitucional de elaborar y votar el presupuesto. El presupuesto, es política pura, oro líquido, con el se conduce la política nacional. Y es facultad de los diputados no de los senadores. Por eso Calderón les quería darles “madruguete” a los diputados priístas montando una farsa de Informe.
El primer gobierno panista de Vicente Fox heredó a los mexicanos el saqueo de 70 mil millones de dólares de los excedentes petroleros, que desaparecieron y sirvieron para la primera familia del crimen organizado en Los Pinos, encabezados por Marta Sahagún y su pandilla de RO VAMOS México.
Ahora, encabezada por Calderón la familia michoacana del PAN, le hereda a los mexicanos un boquete fiscal de 76 mil millones en déficit de las finanzas públicas y 10 mil muertos en tres años de gobierno.
El baño de sangre y secuestros que asola a los mexicanos, tiene un propósito aún más perverso, conduce deliberadamente a nuestro país a formar parte con Colombia de la política militar norteamericana contra los países de UNASUR.
Conducida por Calderón, la política exterior de México es un desastre. Se suma a los planes militares de agresión que desde Colombia se perfilan contra los gobiernos democráticos progresistas, con el pretexto de la lucha, norteamericana, contra el narcotráfico y el terrorismo.
El involucramiento de las fuerzas armadas mexicanas en una guerra fratricida interna y externa, será otra herencia del desastre que hereda la derecha panista gobernante con Calderón
La Nación en ruinas asoma por todas partes. México es uno de los países de América Latina al que con más intensidad golpea la crisis económica mundial, y sus efectos sobre la población en estado de pobreza y las clases medias empobrecidas son afectadas por el desastre de la política económica nacional.
La recesión de la economía mexicana, sumada a la norteamericana, coloca al país en un estado de suma vulnerabilidad y si le agregamos las extensas sequías que nos afectan en todo el territorio, el fenómeno estacional del “niño” que ya recorre la geografía nacional y le asesta un mayor golpe a la débil economía campesina de México.
Los indicadores revelan la afectación grave a los niveles de vida, empleo y seguridad nacional. La caída del Producto Interno Bruto, PIB, más del 11% para el segundo trimestre de 2009, la peor de los últimos 30 años.
Los indicadores económicos que muestran el desastre nacional, se centran en la disminución de la producción manufacturera a consecuencia de la crisis financiera internacional y de la influenza AH1N1, agravados por la decisión alocada de paralizar la economía nacional, provocando el derrumbe del ingreso en el turismo, el comercio y los servicios.
Esta toma “alocada” de decisión se vincula a un operativo contra la política de recuperación económica de Obama, auspiciada por los intereses de la banca inglesa, Rothschild. Esta afamada casa es patrocinadora del Foro, Davos, al que Obama se negó asistir, quedando sentenciado a morir como un operativo de impulso a dirigentes y gobernantes afines al proyecto financista neoliberal en crisis..
Atendiendo a los datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, INEGI, la contracción del PIB ronda el 10.8%, supera en casi dos puntos a la retracción récord del 9.2% ocurrida hace catorce años. Basado en esta espectacular caída y los reportes oficiales de perdida de empleos, 460 mil, los pronósticos optimistas cierran en un millón de desocupados en el sector industrial para fines del 2009.
Aunado a la perdida masiva del empleo, encontramos que la sequía y el fenómeno del niño colocan a México en un escenario de de una grave crisis histórica alimentaria. Solo mencionamos que el modelo de compra masiva de alimentos a los Estados Unidos ya reventó, pues se basaba en el intercambio de divisas obtenidas por la venta de petróleo, a causa del declive en las exportaciones y del crudo mexicano y la caída relativa de los precios de la mezcla mexicana.
La CNC reporta que entidades productoras de granos, Puebla, Hidalgo, Aguascalientes, Michoacán, Guanajuato y Tlaxcala, han perdido hasta el 75% de sus cosechas de maíz por la sequía, o sea que se han siniestrado alrededor de 2.5 millones de hectáreas. En términos políticos y de seguridad significa que habrá más robo organizado de granos y la presión social por obtener alimentos se convertirá en un factor de riesgo.
Esta grave situación de riesgo advertida por Calderón, alienta sus planes de dar un golpe, por lo menos un golpe de pecho para permanecer al frente de la derecha en el gobierno. De ahí la insistencia en mantener sus supuesta guerra contra el narcotráfico y que desde su gabinete se explayen en predecir riesgos de estallido social para sofocarlos con golpes de pecho.
La responsabilidad histórica que enfrenta el PRI en la LXI legislatura es enorme, para impedir que el desastre nacional panista continúe y evitar que Calderón les entregue un país en ruinas
Informe del tiradero, o ¿el tiradero del Informe?
A Puerta Cerrada
Marcela Gómez Zalce
2009-09-01•Política
• Los chicharrones del PRI
• Revocación de mandato
Hacer (o decir) tonterías, mi estimado, no siempre es cosa de tontos. Abrumadora la campaña mediática de “logros” llevada a cabo vía telefónica por el (des)gobierno de Felipe Calderón para informar, aunque no lo parezca, que el país va a toda madre pese a la emocionante adversidad. Ahora, la descomunal espotiza que fastidió en medios electrónicos sumados al call center devela el inadmisible dispendio de Los Pinos para sacar a flote el barco de gran calado con una inundación de espots.
Hoy que se cumple un año más del sugestivo rito del 1 de septiembre, Calderón & his dumb squad siguen sin dar una. Cada vez son más las voces que señalan la torpeza, frivolidad e ineptitud con que opera el gymboree (con minúsculas) presidencial y la caterva de secretarios de Estado.
A semanas de un proceso electoral, donde perdieron hasta la risa, my friend, el partido en el poder (del no poder) y su jefe no acusan recibo del mensaje de la ciudadanía. Las alertas y los focos rojos tintinean enloquecidos en el tablero de la seguridad nacional, mientras se deslizan los aumentos que vienen chocando con recriminaciones sobre la inviabilidad de pedir más sacrificios, sobre todo cuando estos no aplican para los talentosos funcionarios, los gloriosos legisladores, los excelsos magistrados, los pasados consejeros y los caprichos presidenciales.
Hoy se debe dejar de lado la chunga que desencadenan los constantes traspiés y yerros que asombran, divierten, preocupan (y ocupan) a tirios y troyanos, y se le debe exigir a Felipe Calderón que explique cómo fue posible que el “catarrito” se convirtiera en el peor shock económico en los últimos 30 años.
Que aclare sus razones de haber escupido que en México no habría otra devaluación.
Que manifieste claramente por qué la caída tan estrepitosa en el PIB y por qué las escalofriantes cifras en el desempleo, que para diciembre podría alcanzar el techo de los 3 millones de mexicanos. De paso, que revele por qué en sus dos primeros años de (des)gobierno cayó la producción petrolera en más del 50%. Que informe sobre el estado de la economía y la mentada solidez del barco de gran calado donde ya se mostraban signos de alarma mismos que, en aras de un proceso electoral, fueron subestimados, minimizados y por consecuencia mal aplicados y cuáles son los pasos a seguir. Cuál es su estrategia puntual, clara y precisa ahora que entremos de lleno al peligroso oleaje de la tormenta perfecta.
Felipe está obligado a informar el balance de su mal llamada guerra contra el narcotráfico, que lo único que está acumulando son muertos y agravios en la población por el atropello a los derechos humanos. Que lo único que está solapando es una guerra sucia y una corrupción que trastoca hace tiempo a altos funcionarios civiles y de manera reciente y alarmante a nuestras fuerzas armadas.
Tres años de (des)gobierno son suficientes para entender los errores que desarrollaron el descomunal tiradero y comprender que, como en el béisbol, es hora de cambiar al pitcher basado en quiénes están en la lista para batear. Es hora de dejar de lado pasiones que afloran con los amigos que no han dado resultados y que, restando han dividido, arrastrando al país a la peligrosa caída libre aunque recete el sonsonete de que México está sólido ante la crisis y la inseguridad.
Y ya encarrerados, mi estimado, ahora que el PRI envió el sugestivo mensaje al obligar la cancelación del festejo del besamanos blanquiazul que se llevará a cabo mañana con confeti y globos que sus chicharrones son los que truenan en el Congreso, epicentro indiscutible en la simetría del poder, quedó develada la disposición tricolor de pagar los costos políticos que vienen aparejados con el paquetón fiscal… que podría ser volátil detonador de conflictos latentes.
Atrás debe quedar también esa imperdonable ligereza federal de justificar que el futuro nos alcanzó mostrando la visión que estos inútiles tenían sobre el mañana colmado de contextos de debacle y catastrofismo.
Hoy que quede formalmente instalado el mentado ¿Honorable? Congreso de la Unión, es hora de que sus lacritas se pongan a trabajar, por ejemplo, en la figura de la revocación de mandato.
Hacer realidad para todo gobernante, my friend, que si no puede… renuncie.
¿Se atreverán…?
Por la Mirilla
El lucido (que no es lo mismo que lúcido) presidente (ooootro con minúsculas) del Senado Carlos Navarrete enalteció con su discurso el significado de la incongruencia y el absurdo…
[email protected]
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México SA
Faraónico show del tercer Informe
Tercera temporada del cuentacuentos
Carlos Fernández-Vega
Ya llegó, ya está aquí, la tercera temporada del cuentacuentos de Los Pinos. Si nada tiene que hacer este martes primero de septiembre de 2009 (por ejemplo, salir en busca de empleo o algo que se le parezca; ir al Monte de Piedad para empeñar algún bien y conseguir con qué defenderse unos días más; pedir prestado al vecino, aunque conozca la respuesta; recurrir al trueque para completar la comida, o deportes similares), diviértase con las fábulas contenidas en el llamado tercer Informe de gobierno”.
Antes de la puesta formal en escena, este personaje chocarrero ha ofrecido algunos adelantos: “una vez superada la crisis, tendremos una economía más fuerte y más dinámica, una economía que atraiga inversión y genere los empleos que tú y tu familia tanto necesitan… Estamos golpeando, con decisión y sin distingos, a todos los grupos criminales… Los mexicanos estamos alcanzando la cobertura universal de salud: hoy, gracias a que se ha triplicado el presupuesto del Seguro Popular en tres años, 10 millones de familias que no pertenecen al Seguro Social o al ISSSTE ya pueden tener un seguro que cubra sus gastos médicos y tengan los servicios de salud que se merecen, sin tener que endeudarse…”
Las dos primeras frases chuscas, citadas líneas arriba y repetidas a lo largo de sus 33 meses de estancia en Los Pinos, han hecho llorar a los mexicanos (no precisamente de risa), pero la tercera resulta llamativa: de acuerdo con el Inegi, cada familia mexicana está conformada por 4.3 integrantes, en promedio; entonces, si el Seguro Popular “atiende” a 10 millones de familias, el IMSS a 13.9 millones y el ISSSTE a 2.5 millones, resulta que más de 113.5 millones de mexicanos tienen “cobertura universal de salud”, aunque oficialmente el país esté habitado por poco más de 107 millones, de tal suerte que la jocosa fábula calderonista se excedió por algo así como 6 millones de paisanos no natos.
Las anteriores, sin duda, no serán las únicas gracejadas incluidas en el “tercer Informe de gobierno”, pero sirvan de botana las relativas a los “logros” económicos, a los “golazos” contra el crimen organizado y a la “cobertura universal de salud” para gozar íntegramente el show, y una vez concluido el espectáculo sean los mexicanos tan amables de comparar su lacerante realidad cotidiana con lo dicho por el locutor de Los Pinos, y de inmediato querrán vivir en el país de las fábulas, en calderolandia.
Más allá de las fábulas, el inquilino de Los Pinos no tiene absolutamente nada que “transmitir” a los mexicanos, nada que presumir, nada que informar sobre el estado que guarda la nación, porque son los habitantes de este heroico país quienes sufren en carne propia lo que el michoacano (con el perdón de los originarios de ese bello estado) pretende “esconder”: la terrible realidad económica, política y social, y la deplorable ineficiencia gubernamental, mientras el austero cuentacuentos se sirve con la cuchara no grande, sino enorme de los dineros públicos para inflar su presentación mediática y defender lo indefendible. Mientras recorta presupuestos fundamentales para el desarrollo nacional, como el educativo, destina millones y millones de pesos del erario a su faraónico show del “tercer Informe”.
¿Qué “informará” a la nación? Que “México está en marcha”, “vamos por el rumbo correcto” y “avanzamos en la dirección correcta”. Ya lo dijo en el primer “Informe”. Que “la política económica ha buscado crear las bases para impulsar una economía competitiva y generadora de empleos, mediante estrategias dirigidas a fomentar la inversión productiva, ampliar las capacidades de las personas y promover un mayor crecimiento de la productividad”. También lo expresó en la primera temporada. Que “hemos actuado con firmeza y decisión para fortalecer el estado de derecho y garantizar la seguridad pública en todo el país como condiciones indispensables para el desarrollo”. Ídem.
O tal vez que “han sido exitosas las medidas contracíclicas adoptadas durante 2008 por el gobierno federal para hacer frente a un entorno económico externo adverso”, aunque ya lo dijo en el segundo “Informe”. Que “la transformación de nuestro país está en marcha y avanza en la dirección correcta”, aunque “falta mucho camino que recorrer” y que la crisis “es internacional”, es posible, pero ya lo aseguró en los dos “informes” previos. Igual presumirá sus “cinco grandes vertientes de gobierno” (“estado de derecho y seguridad, economía competitiva y generadora de empleos, igualdad de oportunidades, sustentabilidad ambiental y democracia efectiva y política exterior responsable”), y sus respectivos “logros”, pero ese sketch lo utilizó en ocasiones anteriores.
¿De qué, entonces?, porque difícilmente informará que en apenas dos años y fracción –su estancia en Los Pinos– alrededor de 10 millones de mexicanos se sumaron a la pobreza, para llegar a 55 millones el número de paisanos hundidos en tal condición; que el desplome económico mexicano es histórico y brutal, y su consecuencia social aún mayor; que la tasa oficial de desempleo abierto se incrementó 71 por ciento en ese periodo; que en igual lapso un millón 200 mil paisanos fueron incorporados a la desocupación absoluta, para totalizar 2.8 millones; que el “blindaje” económico fue de saliva, y de papel el “navío de gran calado”; que el prometido “nunca más otra crisis” fue una crueldad de su parte y que en 2009 la economía mexicana ocupará el último lugar en América Latina y uno de los más bajos en el mundo; que su “política anticíclica” no sirvió para nada y que de nada sirve su gobierno. ¿De qué, pues?
Habrá que leer el “Informe” del cuentacuentos y estar atento al show, mientras los “estrategas” de Los Pinos descaradamente transgreden la privacidad telefónica de muchos mexicanos (pagada puntualmente a Telmex) con el servicio de call center por ellos contratado para “difundir resúmenes y avances del tercer Informe de gobierno”. En no pocos casos, y para que no los jodan, los usuarios del servicio telefónico pagan a la empresa de Carlos Slim una cantidad mensual por “privacidad en directorio y 040”, pago y privacidad que Calderón y sus guajiros también se han pasado por el arco del triunfo.
Las rebanadas del pastel
Y después de las fábulas (“tercer Informe”) y el show (próximo miércoles en Palacio Nacional) en calderolandia, prepárense para el paquetazo económico.
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Manuel Camacho Solís
Felipe Calderón está en apuros
Ahora que la situación está más difícil, Felipe Calderón cuenta con menos apoyos políticos, recursos e instrumentos para hacerle frente que hace tres años. Si con más no pudo, con menos difícilmente podrá si no cambia su estrategia y mejora su equipo.
La economía está severamente dañada y no tiene, como en otras crisis, un horizonte de recuperación inmediato. La epidemia de influenza y la sequía la han agravado. La violencia y la delincuencia han crecido y difícilmente serán contenidas en un plazo breve. Los daños sociales de la recesión han sido ya muy graves en empobrecimiento y desempleo, cuando aún falta el ajuste fiscal y previsiblemente crecerán las reacciones defensivas. Frente a ello, la estrategia gubernamental está rebasada.
Sus apoyos políticos están debilitados. Felipe Calderón no tiene los votos legislativos en la Cámara de Diputados para decidir el presupuesto. Sus políticas ya no convocan. Los porcentajes de apoyo a las reformas estructurales van a la baja. No cuenta con sucesor(a) creíble.
El equipo el club de amigos no fue el adecuado para quienes comprendían que, con 35 por ciento de los votos, se necesitaba construir una coalición gobernante. Con una débil y cuestionada base electoral, intentó gobernar como si tuviera un partido hegemónico. Antes de la crisis su apuesta fue equivocada. La misma, después de la crisis, es insostenible.
Ante este nuevo y agravado panorama, las respuestas posibles, incluso si hubiera el mayor talento político y capacidad ejecutiva, son verdaderamente complejas. Lo son más aún si no se tiene la orientación adecuada ni la capacidad de instrumentación sobre lo que se decide.
Es ante este reto que Felipe Calderón tiene que decidir la línea política de su gobierno hacia 2012. Tiene tres opciones. Una, es encerrarse aún más y aumentar su nivel de sospecha sobre todos los que no sean de su grupo y aun respecto a sus cercanos colaboradores. Dos, puede intentar mantener su esquema básico de gobierno con ajustes menores, con la esperanza de que la estrategia de posicionarse en los medios, y la recuperación norteamericana, le permitan transitar (flotar) en 2010 y llegar sin un gobierno hecho añicos a 2012. Tres, puede dar un golpe de timón. En la campaña, en marzo de 2006, lo hizo, por lo cual no se puede descartar por completo que lo pudiera intentar ahora.
La mejor salida para su gobierno y para que el país no pague el costo de tres años consecutivos terribles es corregir el rumbo. Dar un golpe de timón. Es cambiar de orientación y reforzar el equipo.
Si no tiene dinero, necesita administrar justicia. Justicia económica, con un reparto equitativo de los costos de la crisis. Apretón arriba y generosidad abajo. Justicia política, con un cambio radical en la relación con la oposición. Justicia social, con mecanismos de compensación urgentes y efectivos. Y justicia a secas, controlando la corrupción y respaldando la imparcialidad judicial. Sólo puede hacerlo si disciplina a su propia coalición. ¿Querrá? ¿Podrá?
Miembro de la Dirección Política del Frente Amplio Progresista
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Jacobo Zabludovsky
2 de Noviembre
Rodearse de ineptos tiene un costo.
El cambio de fecha del informe presidencial no es un ajuste de agenda sino la demostración de que no es igual integrar un gabinete de servidores eficientes que de cuates del alma. Antes de acomodarse en sus curules, los diputados del PRI le avisaron al Jefe del Poder ¿Ejecutivo? quién manda ahora y, de paso, le recetaron una lección de procedimientos reglamentarios.
La tragicomedia del informe obliga a fijar una nueva fecha anual de su presentación. Se sugiere el Día de Muertos como la más adecuada, por lo menos en lo que resta del sexenio, habida cuenta de los efectos que el batacazo del 5 de julio produjo en el organismo gubernamental.
Oportunidad de revisar otros detalles. El patio central del Palacio Nacional no es el sitio más cómodo del mundo para escuchar un informe presidencial. Si actos similares en ese lugar sirven de antecedentes, quienes asistan habrán de prepararse a una sentada de dos o tres horas en sillas plegadizas, sobre un lugar sin inclinación adecuada para una buena visibilidad, con una fuente central que agrava el problema, y a la intemperie, a menos que surjan un techo clemente y un calentador cercano.
La invitación para el 1 de septiembre advertía que todos, incluyendo miembros de los Poderes Ejecutivo y Judicial, debían presentarse “…con identificación oficial”. En estricto respeto a la igualdad de poderes, cuando uno de ellos invite al Presidente podrá exigirle que se identifique al llegar. Lo que es parejo no es chipotudo.
No son esos pequeños detalles lo único incómodo en torno a este informe. Dos hechos provocan desconcierto. Uno de ellos es el súbito diluvio en radio y tv de cápsulas de publicidad que parecen adelantos de un documento. Pensamos, ante la abrumante presencia del presidente Felipe Calderón en spots encargados a quien anuncia las galletas Marías, que tal campaña sustituiría al informe. De pronto el miércoles a mediodía me entregan la invitación (no niego que me cayó bien, yo creí que tenía bola negra por algún Bucareli áspero) cuando las columnas de chismes publicaban las más divertidas conjeturas, como decir que un office boy entregaría el voluminoso legajo a los diputados, que habría una especie de minimensaje como cuña entre las apasionantes telenovelas del día clave y cosas por el estilo. Tanta confusión es el otro motivo del desconcierto.
Pero vayamos al fondo del asunto: qué queremos escuchar en el informe.
Primero lo que no queremos: la palabra unión. En tres años ha sufrido un desgaste absoluto. Seguir usándola es un sarcasmo que ofende el sentido común. No más frases vacías: “la fe mueve montañas, la crisis es un reto, la adversidad es un desafío que podemos aprovechar y revertir”. No ese dibujo de un país distinto al que vivimos más de 100 millones de mexicanos. No al optimismo sin base que aspira a ser contagioso y no lo es: refleja una distancia cada vez mayor entre lo que se dice y la pérdida de empleos, de oportunidades de estudiar, de recortes a las instituciones de cultura superior, de creciente déficit público, de error de cálculo en la dimensión de la epidemia y del desastre económico, de los resultados de la guerra contra los narcos, el crimen organizado y el delito nuestro de cada día. No al triunfalismo con hábito de humildad. Y, a propósito, no a las citas místicas o confesionales.
Qué es lo que sí queremos oír: la verdad pelona, señor Calderón. Los resultados de haber involucrado al Ejército en la lucha antidrogas en una guerra declarada cuando no estábamos preparados y que se ha prolongado y tal vez perdido. Tenemos primer lugar mundial de secuestros. Varios gobiernos califican a México de país inseguro y recomiendan no visitarnos. Menos recurrir a tertulias zarzueleras en el salón de la Tesorería y más recortes al gasto público.
Impide usted que otro burócrata supere su salario. Antes debió haber bajado el suyo a la mitad y suprimir de cuajo secretarías enciclopédicamente inútiles como la de la Función Pública. No dorarnos la píldora petrolera. Una pizca de autocrítica.
Y aliviar cargas en la segunda mitad del camino. Evitar mayores complicaciones porque, ya se sabe: no importa qué tan malo sea lo malo, siempre puede ser peor.
Como hacen todos los que van a dejar la casa: darle una limpiadita. Entregarla más a o menos “mona” para que quienes vengan no tengan que barrer.
Aunque, de todos modos, les van a faltar escobas.
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