REFORMA/REDACCION
Monterrey (15 noviembre 2010).- Un enfrentamiento entre militares y presuntos delincuentes en el Municipio de General Terán, Nuevo León, dejó dos criminales muertos y un matrimonio liberado y provocó bloqueos en Apodaca y Cadereyta.
Los cuerpos de los fallecidos corresponden a un hombre y una mujer de aproximadamente 30 años de edad.
Los hechos ocurrieron alrededor de las 14:30 horas en el Camino a los Ébanos, dentro de una brecha que conduce al rancho La Leona, en el mencionado Municipio.
Al lugar acudieron elementos de la Policía Ministerial y de Servicios Periciales para iniciar las investigaciones, mientras que los efectivos militares resguardaron la escena de los hechos.
Una fuente explicó que el tiroteo inició cuando los soldados patrullaban por una brecha que conduce al rancho y se encontraron con un convoy de cuatro camionetas.
Al pasar dos vehículos de los pistoleros, una pick up Silverado y una Cheyenne, los delincuentes abrieron fuego contra las unidades militares, mientras que otras dos se unieron al tiroteo.
Dentro de la misma brecha, los soldados repelieron la agresión iniciándose una persecución, logrando abatir en la Silverado a una mujer, que según las autoridades trabajaba con el grupo armado para custodiar al matrimonio secuestrado.
Otra persona logró salir del vehículo, pero cayó sin vida entre los matorrales, a unos 15 metros de donde quedó abandonada su unidad.
La fuente precisó que de las otras dos camionetas, ambas Suburban y una de ellas blindada, descendieron varios pistoleros heridos y escaparon entre el monte.
Al hacer la inspección de las unidades, los militares encontraron a una pareja esposada de las manos, quienes aseguraron haber sido secuestrados por el comando armado el sábado al llegar a una propiedad que tienen en la región.
En el lugar de los hechos, los soldados encontraron nueve armas largas, dos armas cortas, un lanzagranadas, tres granadas de fusil, dos granadas de mano y dos más de fragmentación, así como decenas de cartuchos de distintos calibres y cargadores abastecidos para las distintas armas.
Y se desatan los bloqueos
Al menos dos bloqueos se registraron en Apodaca, aparentemente después del enfrentamiento en General Terán.
Uno de los bloqueos se efectuó alrededor de las 15:00 horas sobre la Carretera Apodaca-Juárez.
En esa vía, a la altura de Prolongación Ruiz Cortines, hombres armados despojaron sus conductores a punta de pistola un tractor, un tráiler un camión de personal y otro de transporte urbano.
Los vehículos fueron atravesados sobre la carretera y les poncharon las llantas a balazos para evitar que los movieran.
Asimismo, uno de los afectados comentó que los delincuentes les quitaron las llaves de los vehículos y las aventaron hacia un monte.
El bloqueo en la Carretera Apodaca-Juárez duró alrededor de 30 minutos hasta que llegó el Ejército y movieron los vehículos con grúa hacia las orillas.
También se registró otro bloqueo en la Carretera a Laredo, a la altura del entronque a Santa Rosa, en Apodaca.
Liberan marinos a cinco hombres, cuatro mujeres y un bebé de siete meses
Ciudad de México (15 noviembre 2010).- La Secretaría de Marina (Semar) rescató en Tamaulipas a 10 personas secuestradas por el crimen organizado y detuvo a tres policías, en un operativo que se llevó a cabo luego de que uno de los plagiados lograra llamar desde un celular a los marinos y denunciara el cautiverio.
De acuerdo con la Armada, el pasado sábado fueron liberados en un inmueble del centro de Altamira, Tamaulipas, cinco hombres, cuatro mujeres y un bebé de siete meses, de los cuales tres de ellos resultaron ser mexicanos, cuatro colombianos, dos salvadoreños y un ecuatoriano. No se precisa si eran migrantes en camino a la frontera con Estados Unidos.
En un comunicado, la Marina informó este lunes que lograron intervenir con éxito en este lugar, gracias a que uno de los plagiados les marcó por celular y la dependencia logró ubicar las coordenadas geográficas de la casa de seguridad, por medio de la triangulación de la comunicación.
La Infantería de Marina desplegó más de 65 elementos de fuerza de reacción al inmueble detectado, para constatar la información recibida y liberaron a quienes se encontraban sujetos al cautiverio.
La dependencia indicó que cuando liberaba a los secuestrados, "llegaron al lugar 2 presuntas patrullas con las insignias de la Policía Metropolitana Zona I de Altamira, con 3 presuntos policías a bordo de actitud sospechosa, lo cual, sumado a la manifestación de las personas rescatadas de haber sido capturadas por agentes policiacos, éstos fueron hechos suficientes para tomar la decisión de asegurar a los presuntos uniformados".
Uno de los policías, agrega el comunicado, proporcionó a la Armada la ubicación de su presunto jefe criminal, lo que hizo que infantes de Marina acudieran al estacionamiento de un hotel del centro del puerto de Tampico.
En el lugar no detuvieron al criminal, pero aseguraron un arma M-4, un cuerno de chivo, una pistola calibre 9 milímetros modelo Bryco 59, una pistola Colt calibre .45 CDP, una granada de fragmentación M 67, 10 cargadores para armas de fuego de diferentes calibres y 287 cartuchos útiles.
Igualmente, en el estacionamiento incautaron dos patrullas pick up de la Policía Metropolitana de Altamira, cinco camionetas de lujo, un sedán de lujo y un taxi.
Tanto los detenidos como los objetos asegurados fueron puestos a disposición de la Procuraduría General de la República (PGR).
Ciudad de México (16 noviembre 2010).- La guerra que sostienen el Cártel del Golfo y Los Zetas está provocando que no le paguen a tiempo a los integrantes de sus filas, establecen reportes del Ejército.
Así lo señalaron al rendir declaración sicarios, "halcones" y colaboradores de esos grupos criminales ya detenidos, quienes han asegurado que no han recibido el salario que se les prometió.
"Una vez que son capturados por militares u otra autoridad, algunos de los delincuentes señalan que desde que comenzaron a operar no recibieron sus pagos, y quienes lo percibían, era incompleto, pareciera que más que pago eran recompensas", afirmó una fuente militar con base en expedientes ministeriales.
Eso sí, los que no han dejado de recibir su "dinerito" son comandantes de Policía, ministeriales, alcaldes, personal de aduanas y demás funcionarios municipales, estatales y federales.
Antes de ser reclutados por Los Zetas o el Cártel del Golfo, sicarios refieren en sus declaraciones que les fue garantizado ganar entre los 400 y los mil 800 dólares semanales, añadieron las fuentes consultadas.
Desde inicios de este año, esos dos cárteles mantienen una disputa por el control de las plazas de Tamaulipas y Nuevo León, además de San Luis Potosí.
Para el experto en temas militares y seguridad pública, Guillermo Garduño, si bien el Ejército ha debilitado en parte a los grupos criminales en su economía, la problemática pasa por el hecho de que hay más delincuentes pero las ganancias son las mismas.
"Hay una reducción en las expectativas de ganancia, y cuando son muchos los contendientes en guerras de largo plazo todos terminan arruinados. Hay una guerra entre ellos mismos, entre cárteles contra cárteles por las plazas, ellos contra el Ejército, guerras entre cadenas de distribución, todo eso tienen que enfrentar, eso refleja la falta de dividendos", opinó.
El legislador Ardelio Vargas, presidente de la Comisión de Defensa Nacional de la Cámara de Diputados, señaló que el desgaste financiero de esas organizaciones criminales se debe a los operativos conjuntos de las Fuerzas Armadas en Nuevo León y Tamaulipas, por lo que anticipó que podría haber más violencia.
"Las acciones conjuntas por supuesto que impactan las finanzas de esos cárteles, por eso es importante que continúen los operativos. Que no les paguen a los sicarios, a los delincuentes, habla de los buenos logros de las operaciones. Sin embargo, de acuerdo con los indicadores que se perciben, el pico de violencia va hacia arriba, las acciones del gobierno deben ser cuidadosas", advirtió.
"El que no tengan dinero las organizaciones criminales las hace más violentas, tener una organización criminal cuesta y ellos van a buscar de dónde van a sostener su actividad y de ahí es donde vienen los robos, extorsiones, cobros de piso, y los sicariatos por cualquier cantidad de dinero, advirtió Vargas.
Por el contrario, el ex fiscal federal Samuel González señaló que "sí ha habido merma, sí se les ha dañado (a las organizaciones criminales) pero no al nivel de que no haya dinero para pagar a su gente. ¿Cómo va a llegar a ese nivel (la situación) si (las autoridades) no les han quitado los recursos?. Es contraintuitivo, si no les han quitado los recursos, que digan que no tengan los recursos para pagarles", refutó.
Las batallas en diversas plazas de Tamaulipas han generado botines de guerra, suponen fuentes castrenses.
"Quienes poseen los pagos (el dinero para pagar a los integrantes del grupo criminal), o los matan en el camino, o se quedan con el dinero tras considerar que los destinatarios pueden ser ejecutados antes de recibir la nómina por los contrarios, entonces no tienen dinero y eso los hace más peligrosos", dijo a REFORMA un mando militar.
El Cártel del Golfo y Los Zetas se disputan las plazas de Tamaulipas, Nuevo León y San Luis Potosí para el paso de indocumentados centroamericanos y drogas desde el sur; y de armas y dinero desde el norte, actividades que dejan jugosas ganancias al crimen organizado, pero a sus líderes, lugartenientes y operadores.
Promesa incumplida
Antes de ser reclutados por los Zetas o el Cártel del Golfo, sicarios refieren en sus declaraciones que les fue garantizado ganar entre los 400 y los mil 800 dólares semanales, aseguran las fuentes consultadas.
A principios de año, la guerra entre el Cártel del Golfo y Los Zetas fue declarada en Tamaulipas. Además de decenas de muertos, la afrenta entre ambos bandos ha dejado en ciudades fronterizas calles y colonias paralizadas por los llamados narcobloqueos y la zozobra de la ciudadanía de salir a las calles.
El pleito en Tamaulipas entre Los Zetas, de Heriberto Lazcano, "El Lazca", y el Cártel del Golfo que lidera Jorge Eduardo Costilla, "El Coss", se expandió a estados como Nuevo León, San Luis Potosí y Coahuila.
Datos militares indican que el Cártel del Golfo y Los Zetas llamaron de manera desesperada a sus células, repartidas en distintos estados como Veracruz, Puebla, Chiapas, Oaxaca, Hidalgo, Quintana Roo, Sonora y Coahuila, San Luis Potosí y Zacatecas, para no ceder espacios en Tamaulipas.
El reclutamiento de sicarios implicó traer gente principalmente para el apoyo de Los Zetas- de Guatemala, El Salvador, Nicaragua y Honduras, con la promesa de que serían recompensados con hasta 2 mil dólares por semana.