Almirantes por encima de generales.
Jorge Luis Sierra
06 de diciembre de 2010
Al exhibir la supuesta incapacidad y negligencia del Ejército, los
líderes diplomáticos están profundizando el recelo y la desconfianza
ya existente entre los generales y los almirantes mexicanos y
debilitando, por tanto, la integridad de las Fuerzas Armadas.
Los cables diplomáticos revelados por el sitio WikiLeaks la semana
pasada retratan al Ejército Mexicano como una fuerza lenta, mal
preparada, desconfiada e incapaz para responder rápidamente ante
informes de inteligencia facilitados por Estados Unidos para ubicar y
detener a los capos del tráfico de droga. Además, en esos cables el
Ejército está descrito como una entidad abusiva de los derechos
humanos, que se niega a colaborar con las agencias estadounidenses y
reclama la suspensión de garantías para operar contra el narcotráfico.
Con una comprensión errónea del marco jurídico de las Fuerzas Armadas
o las preocupaciones de los propios mandos castrenses que reconocen
que las operaciones militares contra el narcotráfico carecen de un
sustento legal, más allá de la decisión de la Suprema Corte de
Justicia para autorizar a los soldados para detener narcotraficantes
in fraganti, los diplomáticos estadounidenses exhiben al general
secretario Guillermo Galván como un mando militar deseoso de suspender
las garantías constitucionales de los mexicanos, a contrapelo de los
líderes políticos mexicanos.
Esas deficiencias en la comprensión estadounidense del pensamiento
militar mexicano no son nuevas.
Afectados por una incapacidad histórica de buenos enlaces con el
Ejército mexicano, los líderes políticos y militares del país vecino
han vuelto su vista a los almirantes de la Armada de México, a la que
ven como una institución cooperativa, moderna y eficaz.
Esta propensión hacia la Armada hace eco del incremento del perfil de
los almirantes en este sexenio. Para subsanar el abandono histórico de
la Armada de México, el presidente Felipe Calderón intentó equilibrar
el peso del liderazgo militar en las dos secretarías que tienen que
ver con la defensa nacional y ordenó un proceso de desarrollo de
operaciones conjuntas contra el narcotráfico.
En esta administración, el número de 537 generales ha permanecido
desde el inicio del sexenio, pero el número de almirantes se ha
elevado en 26%. Mientras Vicente Fox sólo ascendió a 35 almirantes,
Calderón ha ascendido a 165.
Tanto la predilección estadounidense por los almirantes como el
impulso del Presidente mexicano a la Armada han estimulando la idea de
que existe una lucha soterrada entre el almirantazgo y el generalato
por obtener mejores posiciones en la política de seguridad, más
prestigio y también más recursos para sus propias instituciones.
En el fondo, los giros recientes de la política de cooperación militar
binacional han terminado por obstaculizar el plan gubernamental de
establecer un sistema de operación conjunta entre ambas fuerzas
armadas que, eventualmente, sentara las bases de un Estado Mayor
Conjunto.
La operación contra Arturo Beltrán Leyva, descrita en uno de los
cables revelados por WikiLeaks, demuestra que ese grado de integración
aún está muy lejos de ser alcanzado. Decir, como lo afirma el cable,
que el Ejército Mexicano se negó a actuar contra el líder del cártel
de los Beltrán Leyva y que, en contraste, la Armada aprovechó los
informes de inteligencia estadounidenses y actuó rápidamente
contribuye a sembrar la sospecha en los generales del Ejército.
Atrapar a narcos en ese contexto puede ser un paso positivo, pero
también puede tener costos muy elevados.
Lejos de alcanzar su ideal de proyectar el poder naval, la Armada está
retrocediendo primero a una suerte de guardia costera, segundo a un
sustituto del Ejército y tercero a un reemplazo de la Policía Federal.
A ese paso, la fuerza naval, que era la menos contaminada de las
fuerzas de seguridad que combaten al narcotráfico, puede terminar
desprestigiada como las demás. Agotar el último de los recursos sería
extremadamente riesgoso para el país. Por más que los cables
estadounidenses exalten la honestidad y eficacia de la Armada.
[email protected]
Especialista en Fuerzas Armadas
Fuente:
http://www.eluniversal.com.mx/editoriales/50880.html