Header image  

RUBEN CORTES

 
 
   
 



Ya perdimos el caso Cassez

Rubén Cortés

El caso Florence Cassez dio el tiro de gracia a una década de deterioro de la diplomacia mexicana, embotada por una actitud de ley del menor esfuerzo, sin audacia, lenta, insegura, de la improvisación como regla y una falta de oficio digna de aficionados.

Por eso Francia trasladó al terreno diplomático su batalla para lograr que su ciudadana, condenada aquí a 60 años por secuestro, cumpla allá su sentencia, basada en el tratado de Estrasburgo, inexplicablemente firmado por México aun cuando no estaba dispuesto a cumplirlo.

Ayer el presidente Nicolás Sarkozy puso la última trampa para que cayéramos y colocarnos ante el mundo como país con una diplomacia de rebotes verbales y un sistema de justicia poco confiable, que ni siquiera avisó al consulado francés sobre la detención de su ciudadana.

Sarkozy, quien registra su momento más bajo en aceptación popular, se hizo acompañar de los padres de Cassez para anunciar que 2011 se mantendría como el Año de México en Francia y dedicarlo a su connacional.

Sabía que nos lanzaríamos detrás del venablo como perro a la longaniza, pero aún lo envolvió en terciopelo: “no hay que confundir al pueblo mexicano, que es profundamente amigo de Francia, con la actitud de ciertos dirigentes mexicanos”.

La respuesta que esperaba para subir sus bonos como mandatario que defiende a su gente, le llegó rápida: suspendimos nuestra participación en el Año de México en Francia porque no “existen condiciones indispensables”.

Ésa es la diferencia entre las maneras de tratar el caso por parte de Francia y México: mientras ellos tenían una estrategia tanto por si el fallo era a favor o en contra, nosotros hemos improvisado: Francia no canceló el Año de México allá, pero México sí.

Con esta decisión, traducida por la hiperactiva diplomacia francesa como una actitud de intransigencia y desprecio de parte nuestra, la otra parte de la estrategia de Sarkozy es llevar el caso a la reunión del G-20 este fin de semana en París.

¿Qué hace un tema jurídico en una reunión de finanzas? Nada. Pero como Francia trazó su táctica hace tiempo sabe lo que hace: apretar a México en la arena internacional, exhibirlo, aislarlo.

Lo que sigue será conseguir el apoyo de Alemania para que la UE decrete la Señal Roja a sus países miembros a fin de que sus ciudadanos no viajen ni sus empresarios inviertan en México.

¿Qué sucederá al final? Que México tendrá que empezar a desdramatizar el caso Florence Cassez y encontrar un filtro jurídico que le permita mandar a ésta a cumplir su pena en Francia y entonces, visto como la competencia que lo está viendo la Cancillería, habremos perdido.

Y a eso se le dice “tanto nadar… para ahogarse en la orilla”.

[email protected]