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VOLTEAR Y LEVENTAR LA VISTA |
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RENE DELGADO |
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2 Ene. 10 Ante lo acontecido el año recién concluido es menester voltear y levantar la vista. Mirar ahí donde la ciudadanía mostró músculo y, más allá de la dimensión de su victoria, reivindicó la posibilidad de realizar -suma de imaginar y concretar- un destino mejor y distinto. Es preciso rescatar las hazañas ciudadanas desarrolladas en función del interés público y al margen de los caprichos del poder. Destacar los esfuerzos de movimientos, organizaciones o personalidades revestidos de tenacidad, coraje y voluntad para emprender acciones del interés de la sociedad. En esa fuerza ciudadana, aún incipiente y desarticulada, radica la posibilidad de reponer la esperanza en el desarrollo, la democracia y el Estado de derecho. * * * Seguridad y ciudadanía. En este campo probablemente se dio la acción ciudadana más constante y consistente. Individual o grupalmente, familiares de víctimas de la delincuencia supieron remontar su propia tragedia para darle la perspectiva justa y la dimensión social a ese problema. Aunado a ello, algunos centros de investigación y docencia replantearon sus temas de estudio para profundizar el conocimiento en la materia. La enjundia de esos grupos y personalidades así como el conocimiento generado por los estudiosos impulsaron el derecho ciudadano a tener garantizada su integridad, patrimonio y seguridad. Esa acción ciudadana lejos está aún de la victoria pero, sin duda, tuvo un doble efecto: por un lado, presionó para sacar del arcón de la impunidad más de un caso y, por el otro, obligó a la élite política a considerar el problema de la seguridad pública como parte de su agenda. Ese esfuerzo, sin embargo, no cuenta aún con el respaldo social necesario porque la seguridad pública se entiende como un asunto individual y no ciudadano o, bien, porque se confunde con un problema de seguridad nacional. Como quiera, la acción de esas personalidades, grupos y centros es una de las acciones ciudadanas rescatables del año. * * * Medios y ciudadanía. La articulación de denuncias ciudadanas responsables con medios de comunicación posibilitó exhibir despilfarros, privilegios, abusos e irresponsabilidades de la élite en el poder. El mérito de esa acción estuvo en aquello que conjuró o transparentó. Denuncias de muy diversa índole exhibieron, en plena crisis, despilfarro, uso indebido, abuso o apropiación de recursos públicos por parte de funcionarios, legisladores e integrantes de organismos autónomos. Atemperaron pero no erradicaron la voracidad de la élite. Una denuncia importante fue la de profesionales del sector salud, alertaron sobre el creciente y callado registro de casos de influenza A H1N1. La advertencia de la epidemia no provino de la autoridad pública, sino de la articulación ciudadanía-medios de comunicación. Es aventurado especular qué tratamiento oficial hubiera tenido esa crisis sin esas denuncias, pero lo cierto fue que la responsabilidad social de esos profesionales, empleados o trabajadores aceleró la respuesta gubernamental y abrió información de vital importancia. Desde la trinchera del trabajo, se descorrió el velo del ocultamiento de asuntos del interés público. Son rescatables esas acciones ciudadanas que basadas en información sólida se articu- lan con los medios de comunicación. * * * Ciudadanía y elecciones. Quizá tardíamente, con poca fuerza e insuficiente organización, en la antevíspera de la elección intermedia tuvo registro un movimiento instando a nulificar el voto como muestra de hartazgo frente a una clase política volcada sobre el elector, pero desinteresada por el ciudadano. Ese movimiento adquirió presencia y velocidad echando mano de las tecnologías de información y, aun cuando primero fue objeto de desaire por parte de los partidos políticos, terminó por inquietar a la élite en el poder. Autoridades electorales y dirigentes políticos pretendieron minimizar el reclamo y, luego, acallarlo con promesas que, a la fecha, han sido incumplidas. Ese ejercicio ciudadano reveló cier- ta desesperación, pero tuvo por virtud la búsqueda de formas de expresión que impacten a una élite que ha hecho de la divisa "vote ahora, reclame después y ya veremos" un modus vivendi. Si ese movimiento transforma el malestar electoral en marcaje personal sobre los representantes populares puede impulsar la cultura de la rendición de cuentas y la transformación del elector temporal en ciudadano permanente. * * * Justicia, derechos humanos y ciudadanía. Éste es otro campo donde el esfuerzo ciudadano rindió frutos, algunos de ellos polémicos, pero en todos los casos reivindicaron un capítulo marcado por el desinterés o el desdén oficial. El caso Radilla resuelto fuera de los tribunales nacionales, la liberación de la indígena Jacinta Francisco Marcial -falta rescatar de la injusticia a Teresa González y Alberta Alcántara-, el triunfo de Jorge Castañeda en la reivindicación del derecho a postularse como candidato ciudadano, la polémica pero interesantísima resolución de la Corte sobre 20 de los acusados de la matanza de Acteal, la causa emprendida en contra de la práctica de la "limpieza social" de los marginados sociales pusieron en alto a abogados, activistas, intelectuales decididos a rescatar derechos que nunca debieron ser conculcados. Otros activistas abrieron nuevos campos de acción al derecho ciudadano, las acciones colectivas fue uno de ellos. Si en el campo de los derechos humanos muchas atrocidades tuvieron registro, también lo tuvieron gestas ciudadanas que es preciso destacar. Hay que seguir barbechando, sembrando, cultivando en ese campo... los frutos se dan. * * * Pensamiento y acción ciudadana. Pese al ejercicio del no poder practicado por la clase política, hacia finales del año comenzó a notarse un espíritu de cambio con propuesta concreta por parte de algunos intelectuales, empresarios, periodistas, obispos, luchadores, artistas, maestros que no agotaron en la estricta esfera de su actividad su compromiso y actuación social. Piensan, emprenden, informan, militan y enseñan haciendo camino. Anhelan sin soñar. No limitan su actuación a lo suyo, mucho menos resumen su participación al aplauso o la rechifla, la lisonja o el escarnio dirigido al poder. * * * 2009 deja en la memoria un año terrible. Por ello, es menester destacar y agradecer a quienes no pusieron en duda a esa República democrática, poblada por ciudadanos. Hay que voltear y levantar la vista hacia ellos. Están tejiendo redes. [email protected] |
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