CAOMMIR
 

México, D.F. abril 14 de 2011.

La paraestatal firmó 22 contratos por 25 años, a fines de 2010
Unión Fenosa, Gas Natural, Iberdrola e Intergen, las beneficiadas

 La detención del compañero Filiberto Vicente Aquino en el Istmo de Tehuantepec, al que no tengo el gusto de conocer, marca la continuidad en la represión contra los ciudadanos mexicanos que protestan, legítimamente, por el incremento exagerado del para del servicio eléctrico en sus domicilios y lugares de trabajo. La causa que aparece a primera vista es que los burócratas corruptos subsidian a las empresas españolas comprandoles energía eléctrica cuando la CFE tiene una capacidad instalada por arriba del 20 o 30%, y no tiene necesidad de comprar un solo KV a estos pulpos chupadores.
 
La realización de estas prácticas corruptas va en beneficio de los burócratas ya que éstos reciben parte de los subsidios que le otorgan a las trasnacionales españolas (se habla de que los burócratas obligán a que les transfieran a sus cuentas bancarias porcentajes a veces mayores al 50% de dicho subsidio), y con estas prácticas condenan al país a la falta de competitividad, pues junto con las gasolinas y derivados del petróleo, que también han dado a las empresas transnacionales, elevan los precios de todos los insumos y nos dejan fuera de la competencia con otros paises que tienen visión de largo y mediano plazo y protegen a sus ciudadanos para que puedan producir y disfrutar de precios reales por los servicios que contratan.
 
Nuestro pueblo tiene hambre pero los burócratas cierran las posibilidades de ampliar empleos y nos sacan del mercado pues se quedan con parte toral de las ganancias de estas empresas. Por otro lado, en vez de que el pueblo mexicano pueda disfrutar de energía barata, prefieren ceder a las trasnacionales los subsidios que deberían canalizar a nuestros ciudadanos.
 
Podemos promover, con el apoyo de Cuauhtemoc, la elaboración de un documento que sea promovido en todo México, y en las cámaras legislativas, donde se denuncie, con datos duros, este robo que comete la delincuencia organizada que cobra en las nóminas en perjuicio de todos. Los ciudadano mexicanos: trabajadores y empresarios no debemos cargar con las trapacerías de los burócratas traidores, vende patrias y ladrones. 
 
Debemos hacer ver a los ciudadanos que todos los mexicanos perdemos, salvo los burócratas. Hagamos ver la necesidad de frenar estas prácticas que nos tienen detenidos desde hace 30 larguísimos años
 
Un saludo afectuoso
 
Hugo David Uriarte


Viernes santo-Ahumada
 
 


La iniciativa


Luis Javier Garrido


La descabellada “guerra contra el narco” de Felipe Calderón ha tenido como rasgo fundamental el estarse llevando a cabo en violación a principios centrales de la Constitución y de las leyes federales, por lo que el país ha vivido durante cuatro años en un estado de excepción hundiéndose en la ilegalidad, pero el gobierno de la derecha mexicana, lejos de rectificar, lo que pretende ahora es modificar las leyes de la República para hacer aún más viable ese autoritarismo desbocado.

1. Las transgresiones de Calderón al orden constitucional para lograr el objetivo de militarizar el país, tal y como lo pactó con Estados Unidos, han sido múltiples, pero basta señalar algunos de sus rasgos para comprender la gravedad de lo que acontece: a) el Ejecutivo ha asumido facultades que constitucionalmente no tiene, como si viviésemos en una monarquía, para lanzar esta guerra dejando al Congreso como una comparsa; b) se han suspendido de hecho las garantías individuales en casi la mitad de las entidades, en violación a lo prescrito por el 29 constitucional, que prevé que esto sólo puede acontecer mediante una ley votada por el Congreso; c) el sistema federal y la autonomía municipal están siendo reducidos a escombros, teniendo como eje de todo esto, d) al Ejército y a la Marina, que están actuando como policías al margen de la ley, pasando por sobre los derechos de los mexicanos en una subordinación cada vez mayor a Washington, y e) como corolario, se están entregando funciones del Estado mexicano a las agencias estadunidenses, que ya dan órdenes en el territorio nacional.

2. La iniciativa de modificaciones constitucionales y legales en materia de seguridad que Calderón envió en 2010 al Congreso a fin de hacer constitucional la política de violencia a la que ha llevado a México parece haber sido elaborada por una mente desquiciada, pues, con el pretexto de aprobar una Ley de Seguridad Nacional, se busca establecer un discrecionalismo presidencial para utilizar a las fuerzas armadas, hacer legal la actuación del Ejército y la Marina en funciones judiciales y colocar a ambos cuerpos como un poder por encima de la Constitución, abrir la vía a la represión de los movimientos sociales, dejar en manos del Ejecutivo la posibilidad de decretar por su sola voluntad la suspensión de las garantías, legalizar de paso el intervencionismo de Estados Unidos y, en suma, sentar las bases para un Estado militarizado.

3. Las luchas sociales del pueblo mexicano, como las de la mayor parte de los pueblos de la Tierra, han tendido a dos cuestiones fundamentales íntimamente vinculadas, a) el hacer valer sus derechos fundamentales, empezando por el derecho a la vida y el derecho a la felicidad, y b) el acotar al mismo tiempo las funciones de quienes gobiernan, entendidos como sus representantes, y estos dos aspectos los reduce a nada la iniciativa bárbara de Felipe Calderón.

4. En los tres periodos de nuestra historia independiente en que la extrema derecha ha pretendido gobernar a México, y que han sido desastrosos para los mexicanos por su fanatismo depredador, los rasgos han sido los mismos. Al igual que en la primera república centralista (1836-1842) y que en la segunda (1843-1845), en la actual alternancia panista (2000-2011) el desprecio a la legalidad que evidencia un gobierno sustentado en los poderes eclesiástico y castrense y en las clases privilegiadas es absoluto.

5. Un proyecto tan descabellado como el que de Los Pinos se envió al Congreso, que trastoca por completo el orden constitucional y contraviene el marco legal internacional en materia de derechos humanos, se entendió desde hace meses que no iba a ser aprobado por las cámaras y que era sólo una moneda de negociación del gobierno panista para seguir abriendo, mediante una que otra contrarreforma, la vía a la entrega del país mediante el fortalecimiento de las atribuciones presidenciales y la legalización de las acciones bárbaras de las fuerzas armadas. Pero la información publicada por La Jornada el miércoles 20 y el jueves 21, en el sentido de que un sector de priístas y algunos perredistas están actuando ya en subordinación al panismo para intentar dar un albazo el lunes 25, aprobando buena parte de las exigencias calderonianas, ha alarmado a amplios sectores.

6. El móvil fundamental de esta estrategia de endurecimiento de las políticas oficiales está a la vista y no puede esconderse. La extrema derecha mexicana ha llevado hasta sus extremos su ambición de mantenerse en el poder para satisfacer una serie de intereses privados y no le preocupa destruir el precario estado de derecho ante los que entiende como riesgos para sus objetivos transexenales, el principal de los cuales es el descontento manifiesto de la administración Obama ante la forma en que se han implementado las políticas de militarización en función de la Iniciativa Mérida.

7. La iniciativa de Calderón sobre seguridad obedece a la ideología ultraconservadora del régimen, a los indicadores económicos que evidencian una agravación de la crisis generada por las políticas neoliberales, a la demanda de un sector de militares embravecidos por las críticas a su actuación, al miedo sicopatológico de los funcionarios panistas al pueblo y, desde luego, a la sique alterada de quienes están ejerciendo los cargos de responsabilidad estatal ante el escenario del 2012, pero sobre todo a las exigencias estadunidenses, que se manifiestan en los continuos señalamientos del fracaso de la instrumentación que han hecho los panistas de “la guerra contra el narco”, y de la ineptitud y corrupción de las fuerzas armadas mexicanas para cumplir tareas policiales.

8. La propuesta de modificaciones constitucionales y legales de Calderón no va a ser aprobada tal cual, desde luego, pero de no ser detenida y enviada a la congeladora por un grupo de legisladores conscientes, aquello que se apruebe de la iniciativa original, por muy poco que sea, va a ser desastroso para el país; de ahí la alerta en la sociedad.

9. El aspecto más grave de las políticas de militarización desbocada del territorio nacional no ha sido que éstas se lleven a cabo coartando de manera flagrante los derechos de los mexicanos y trasgrediendo principios centrales del marco constitucional, sino que esto haya sido posible por la corrupción de los legisladores, que no cumplieron con su función de frenar los desvaríos irracionales de un Ejecutivo al margen de la legalidad y, sobre todo, de los integrantes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que no han cumplido con el mandato de ser garantes de la constitucionalidad de las leyes y de los actos de la administración y son corresponsables de que México se halle hundido en la ilegalidad y en la barbarie.

10. El único freno posible a la irracionalidad de la clase política tiene que ser así, una vez más, el pueblo organizado, que una y otra vez le espete al gobierno de Felipe Calderón y a sus políticas de violencia un enérgico: ¡Ya basta
Desfiladero

Luchar pacíficamente por la paz, la única salida

Jaime Avilés

En la antigüedad clásica, antes de la construcción del Anillo Periférico, los adultos nos explicaban a los niños capitalinos que Insurgentes era la avenida más larga del mundo.  Por el sur, decían, llega hasta Acapulco y, por el norte, a Ciudad Juárez.

Esa avenida imaginaria y al mismo tiempo verdadera –que se prolongaba más allá de los Indios Verdes hacia Pachuca, Matamoros, Reynosa y Nuevo Laredo, y que a la altura de Ciudad Valles doblaba, a la izquierda, hacia San Luis Potosí, y desde el emporio del queso de tuna ofrecía opciones, al suroeste, hacia Morelia; al oeste, a Guadalajara; al noroeste, hacia Tepic-Mazatlán-Culiacán-Obregón-Hermosillo-Mexicali y Tijuana, y a través del desierto, rumbo al norte, hacia Zacatecas-Durango-Torreón-Chihuahua y Juárez–, dentro de algunos días podría adquirir un profundo significado político y tal vez histórico.

Todas las ciudades que enlaza esta serpentina de pavimento y chapopote están ensangrentadas y de luto, algunas ya heridas de muerte, por la guerra hipócrita de Felipe Calderón, los dueños de México y la buroclase política, una guerra que, ahora todas y todos lo tenemos más claro que nunca, no es, no fue y jamás será contra el narcotráfico, ni contra el dinero de la droga –50 mil millones de dólares anuales que mantienen funcionando al país y le permiten al gobierno regalar el petróleo a sus amos–, sino contra las garantías individuales, la justicia universal y expedita (que no existe sino en el papel, pero podría incluso ser borrada de éste) y el libre albedrío, personal y colectivo (que otros llaman democracia, pues dizque nos faculta a votar por quien nos dé la gana), bajo la tutela de la Constitución (que hoy corre tanto o más peligro que un pasajero a bordo de un autobús en Tamaulipas).

El próximo jueves 5 de mayo, un segmento de esa carretera, que va de Cuernavaca al DF, se convertirá en escenario de una protesta pacífica y simbólica, que no oculta su intención de unificar y sacar del anonimato, el silencio y el miedo a millones de mexicanos y mexicanas que en todos los ámbitos de la República –eufemismo alusivo a una esperanza, no a una realidad– están hasta la madre de esta dictadura genocida que ya no disimula, sino al contrario, intenta legalizar descaradamente su insaciable sed de sangre.

Si se agotaron, como insiste Pemex, los mejores campos petroleros del sureste (y por eso van a malbaratarlos a empresas de Estados Unidos, Inglaterra y España, que auspiciaron el fraude electoral de 2006 y, en tardía recompensa, nos robarán todo el aceite y gas que puedan, mediante loscontratos incentivados prohibidos por la ley, aunque avalados, eso sí, por la Suprema Corte), a cambio de nuestra inverosímil escasez de hidrocarburos, tenemos un nuevo motivo de orgullo:  hoy por hoy somos, gracias a Calderón, uno de los países más ricos del mundo en yacimientos ilegales de cadáveres.

El primer secuestro colectivo del sexenio, hasta donde se sabe, ocurrió el 16 de mayo de 2007, apenas cinco meses después de la heroica declaración de guerra del espurio.  Esa noche, el líder de la sección 49 del sindicato de Pemex, David Vega Zamarripa, salió de sus oficinas en Cadereyta, Nuevo León –40 kilómetros al norte de Monterrey–, junto con varios acompañantes.  Ninguno llegó a su casa.  Al día siguiente, los plagiarios se comunicaron con Hilario Vega Zamarripa, hermano del dirigente, y lo citaron en el desierto para negociar el rescate.  Jamás regresó.  En pocos días desaparecieron más de 30 sindicalistas.

No eran –informó Diego Enrique Osorno– disidentes sino amigos de Carlos Romero Deschamps, cacique nacional del gremio; tenían fama de corruptos y actuaban como típicos priístas mafiosos.  Quienes se los llevaron, según el reportero que investigó su caso, no pensaban cobrar para soltarlos: más bien, los borraron del mapa para adueñarse del negocio de la venta de plazas, que deja mucho más.  Calderón nunca dijo nada al respecto, los levantacejas no montaron ningún escándalo, el Ejército no movió un dedo, la Marina tampoco, García Luna menos.

Casi cuatro años y más de 40 mil muertos y 13 mil desaparecidos después, al calor del hallazgo de incontables narcofosas –sólo en Ciudad Juárez, según Charles Bowden, podría haber de 100 a 300—, los datos que nutren el horror cotidiano —cuerpos con el cráneo hundido, en señal de que fueron asesinados a mazazos (Durango), más de 400 maletas que nadie reclama hace meses en la estación de autobuses de Matamoros, porque sus dueños fueron secuestrados en las carreteras de Tamaulipas (nota de Sanjuana Martínez)—, hablan de una incapacidad supina del gobierno, o de un claro entendimiento entre éste y los cárteles, con la bendición de Estados Unidos.

En ese triángulo todos ganan:  el gobierno, porque el dinero de la droga financia muchas actividades económicas legales que mantienen a flote a miles de empresas y millones de personas;  los cárteles, por obvias razones, y la Casa Blanca porque los narcodólares también le sirven como salvavidas a una economía en quiebra, mientras la violencia, el terror y el genocidio, de este lado del río, le garantizan absoluta sumisión por parte del hombrecito de Los Pinos.

Como los únicos damnificados por estas alianzas perversas somos la gente que vive y muere aquí, leyendo en los periódicos las posibles variantes de la espantosa muerte que nos aguarda si las cosas no cambian, lo saludable, lo sensato, lo civilizado sería formular un programa de tres puntos:

1) exigir y lograr la renuncia de Calderón y su gabinete

2) alcanzar un acuerdo de todas las fuerzas representadas en el Congreso para nombrar un gobierno provisional

3) que éste convoque a elecciones anticipadas en un plazo máximo de seis meses. 

Por desgracia, como quienes realmente mandaron al diablo las instituciones fueron los panistas y los priístas (con el apoyo de los Chuchos y el Yunque), el país se quedó sin estructura y no es posible ningún cambio de poderes, fuera de la vía electoral, porque el caos que ya nos desarticula nos conduciría a una violencia mil veces peor, de la que sólo obtendrían beneficios quienes tienen armas, es decir, Calderón y los narcos:  los demás, únicamente aceleraríamos nuestro propio exterminio.

Pero, lo que son las cosas, esto, la intensificación del empleo de las armas, es ni más ni menos lo que pretenden Calderón y los diputados del PRI y del PAN que pasado mañana intentarán aprobar una reforma a la Ley de Seguridad Nacional para autorizar al Ejecutivo a usar las fuerzas armadas contra movimientos o conflictos de carácter político, electoral, de índole social o del trabajo, cuando se considere que constituyan una amenaza a la seguridad interior.  En otras palabras, lo que quieren en Los Pinos es dar un nuevo golpe de Estado en 2011, ahora más cruento, para evitar con mayor derramamiento de sangre, sudor y lágrimas el triunfo de la oposición en las elecciones de 2012.

Contra este régimen monstruoso, contra la guerra estúpida e hipócrita que es su única razón de ser, contra la dictadura militar que está pariendo, y para tapar el manantial de sangre inocente que lo nutre; por una paz sin atenuantes, por la transformación del país, por la felicidad de las generaciones venideras, salgamos todas y todos a caminar, a partir del 5 de mayo, desde Cuernavaca o donde estemos, hacia el Zócalo. Recordemos a Gandhi en la gran marcha por la sal.

[email protected]



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23.4.11

Corrido de los paraintelectuales

Anda calentando plazas
en revistas y canales
un escuadrón al que llaman
de los paraintelectuales.

Decapitan la cordura,
levantan a la razón,
para darle cobertura
a Felipe Calderón.

El cártel de Letras Libres
y el cártel de Tercer Grado
son expresiones terribles
del cinismo organizado.

Actúan bien coordinados,
no necesitan concilio,
pues ambos son contratados
por la banda de El Emilio.

No le rezan a Malverde,
le rezan a Octavio Paz
para que el patrón se acuerde
de ellos, y les pague más.

Son los gerentes de piso
El Golfo Aguilar Camín
y Krauze, el Sin Adjetivos,
un historiador balín.

Ya se me andaba olvidando
el Jorgito Castañeda,
al cual le siguen llamando
el Enchilada Completa.

Entre los gacetilleros
en un segundo nivel
hay unos opinioneros
que andan disparando hiel:

El Chaquetas Gómez Leyva,
López Dóriga, El Catrín,
Pedro Ferriz, El Chuletas,
La Polly Carlos Marín...

Le sirven a Calderón,
los organizó Salinas;
se hierven en el fogón
de muy diversas cocinas.

Donde se encuentran hoy día
ya se encontraban ayer:
sacándole plusvalía
a la teta del poder.

Se dicen “la inteligencia”
y en evidencia quedaron
cuando a Fox y su demencia
sin rubor lambisconearon.

Tienen tribuna a montones
y el control territorial
en programas y estaciones
con la versión oficial.

Al Colmex han infestado,
pululan en el ITAM,
e incluso se han infiltrado
en la mismísima UNAM.

Se les encuentra en la Ibero,
y en el Tec de Monterrey,
colaboran en Milenio
y en el Reforma también

Como no hay más contenidos
en radio y tele privada,
la gente los ve seguido
pero no les cree nada.

No usan el cuerno de chivo
sino la computadora
y uno que otro trascendido.
en vez de ametralladora.

Sin vergüenza, desde el podio,
culpan a la sociedad
de las campañas de odio
y de la actual mortandad.

Van, con su palabra egregia
y con malvado cariz,
defendiendo la estrategia
que baña en sangre al país.

Si la gente está furiosa
y marcha exigiendo paz,
ellos dicen que en la fosa
todavía caben más.

No hay que estar hasta el copete
por tantos ajusticiados:
total, que bajo el tapete
quedan bien disimulados.

Un vergel limpio y bonito
del país, es su visión,
y con disfraz de angelito
presentan a Calderón.

Exquisitos e indecentes,
se masturban con la idea
que por ser “inteligentes”
pueden decir lo que sea.

Vuela, vuela palomita,
vuela hacia aquellos trigales
y aquí se acaba el corrido
de los paraintelectuales.